sábado, 12 de noviembre de 5555
Cierre por Juan Pablo Añino
Si bien no hemos podido, abriendo la mente, abrir otras mentes, o que otras mentes se abrieran también; para narrar la historia de este subrelato que seguirá difuminándose en el tiempo, pienso que vale la pena la idea del Soñario Virtual Mayor como un objetivo a futuro, que quizás en algún momento no sea sólo una fantasía o un capricho de un practicante amateur, apasionado, sino que se transforme en una necesidad. Y entonces si, se concrete porque sea parte de una especie de remedio, un remedio desconocido hasta ahora, como es la liberación de las conciencias. Todo absoluto está relativizado en las prácticas cotidianas. Tal vez sea un proyecto muy burgués dedicarse a la recolección de sueños, implica que se tiene tiempo para dormir y descansar, cosa que al obrero no le sobra, dado que tiene que marchar a la fábrica o muy diferente, el soldado a la guerra o casi contrariamente, el comerciante a contar sus costos y ganancias. O porque se tiene madre y padre, o porque no se sufren problemas de índole de gravedad mayor, o porque se tiene quien haga la comida, o quien escriba las notas. Duro sería en realidad el trabajo de hacer este Soñario Virtual Mayor, hacerlo en serio, y en continuado. Un esfuerzo que requeriría de la atención permanente para saber que sueñan los niños, por ejemplo, y enterarse al día siguiente, y no cuarenta años despues, cuando ya se produjo la consecuencia, que, en realidad, seguramente, queda oculta en las circunvoluciones del desarrollo de la conciencia.
Tal vez este no sea un proyecto para un actor privado, privado de medios y de recursos económicos; sino un proyecto para una gran multinacional que pueda, mediante la propaganda, la gestión y dandole un sentido práctico a la experiencia, llevarlo a cabo alguna vez. En todo caso, esta idea no esta carcelada. Nadie ha registrado esto a su nombre, o sea que no tiene dueño. Es de todos. Al menos por ahora. Quizás si me preguntan acerca de mi deseo respecto a esto, contestaría que por supuesto, me encantaría ser escuchado por Coca-Cola & Company, por ejemplo, o cualquier otro gigante del mercado. Ser considerado un promotor, especial quizás, pero no más que eso, de esta fantástica idea que el universo está teniendo y que muy pocos parecemos escuchar, querer, poder, o saber escuchar. Para mi, el soñario queda archivado como una deuda con nosotros mismos.
Juan Pablo Añino Briozzo, Buenos Aires, Argentina, 12/11/2010.
Tal vez este no sea un proyecto para un actor privado, privado de medios y de recursos económicos; sino un proyecto para una gran multinacional que pueda, mediante la propaganda, la gestión y dandole un sentido práctico a la experiencia, llevarlo a cabo alguna vez. En todo caso, esta idea no esta carcelada. Nadie ha registrado esto a su nombre, o sea que no tiene dueño. Es de todos. Al menos por ahora. Quizás si me preguntan acerca de mi deseo respecto a esto, contestaría que por supuesto, me encantaría ser escuchado por Coca-Cola & Company, por ejemplo, o cualquier otro gigante del mercado. Ser considerado un promotor, especial quizás, pero no más que eso, de esta fantástica idea que el universo está teniendo y que muy pocos parecemos escuchar, querer, poder, o saber escuchar. Para mi, el soñario queda archivado como una deuda con nosotros mismos.
Juan Pablo Añino Briozzo, Buenos Aires, Argentina, 12/11/2010.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Soñé que caía, pero de manera controlada, era casi como volar. Lo soñè muchas veces, en mi infancia.
ResponderEliminarLa primera señal del pensamiento fue la brasa de un cigarrillo. Recuerdos de situaciones falsas demasiado exageradas para la propia historia. Anécdotas que nunca toman calidad de reales.
ResponderEliminarSalimos de un boliche con la entrada vigilada. Hace rato han robado la gomería de al lado. Presumo que hemos sido nosotros mismos: Gabriel, Beto, Daniel Zilberberg, yo. El sueño no lo especifica. Estoy en la sombra de la puerta del boliche.
Bailabamos en un boliche llamado "Light Power". El poder de la luz, en Mar del Plata, en la costanera.
ResponderEliminar