viernes, 6 de mayo de 5555
Informe Parcial de despedida
Bueno amigos, me despido de ustedes por el momento. En todo caso seguiré el registro de mi sueños de manera privada. Me faltaría mencionar solamente al best seller Stephen King con su novela que algún día leeré, "Cazador de sueños", y al escritor Mempho Giardinelli quien escribió un libro hace poco tiempo llamado "Soñario". Todos los registros en soporte papel de 1972 (tomados con posterioridad a partir de 1980) hasta 2006 más los que tengo extraviados en dos discos rígidos de viejas PCs que anteceden a este registro quedan como material previo e inédito como lo que seguirá en la consecución de este trabajo hecho en soporte digital en 2010. En cierta forma lamento no haber tenido más eco entre ustedes, pero comprendo que la dificultad de la temática y los tiempos violentos que vivimos puedan haber sumado falta de participación al general desinterés o la mismísima descalificación de esta idea. No lo tomo a mal, no siento haber fracasado, sino que por el contrario, este ha sido un muy buen intento.
En gran parte atribuyo a las carcterísticas de mi propia persona y a la falta de difusión masiva las limitaciones que estamos viviendo como proyectistas del Soñario Vitrtual Mayor. Quizás otro, u otros, más ricos, poderosos y creativos, logren la gran meta de consecución del objetivo final, que tal vez incluya una máquina en la que podamos grabar nuestras propias proyecciones sóñicas, para ver luego, como una película los resultados.
No me extrañaría tampoco que jugaran en contra de esta idea intereses creados de diversa índole.
Como bibliografía de consulta sugiero los libros sobre el inconciente colectivo de Carl Gustav Jung, La interpretación de los sueños de Sigmund Freud, El diccionario de los símbolos (de todo lo soñado), El arte de soñar de Carlos Castaneda y todos los espacios virtuales que existen en general con fines terapéuticos coordinados por psicólogos o psiquiatras en internet.
Deseo expresar a estos últimos actores mencionados mi invitación especial a formar parte del Soñario Virtual Mayor, un proyecto colectivo y no personal, patrimonio público en todo caso, y no de un sólo ser. Las formas legales que se deberían adoptar para transformar lo que estamos perfilando en patrimonio de la humanidad tendría que ser visto por los especialistas dado el tema y el caso. Es esa, al menos, la intención que tenemos de base, no realizar un producto para un negocio más, sino superar las instancias del interés personal en pro de un proyecto común.
En gran parte atribuyo a las carcterísticas de mi propia persona y a la falta de difusión masiva las limitaciones que estamos viviendo como proyectistas del Soñario Vitrtual Mayor. Quizás otro, u otros, más ricos, poderosos y creativos, logren la gran meta de consecución del objetivo final, que tal vez incluya una máquina en la que podamos grabar nuestras propias proyecciones sóñicas, para ver luego, como una película los resultados.
No me extrañaría tampoco que jugaran en contra de esta idea intereses creados de diversa índole.
Como bibliografía de consulta sugiero los libros sobre el inconciente colectivo de Carl Gustav Jung, La interpretación de los sueños de Sigmund Freud, El diccionario de los símbolos (de todo lo soñado), El arte de soñar de Carlos Castaneda y todos los espacios virtuales que existen en general con fines terapéuticos coordinados por psicólogos o psiquiatras en internet.
Deseo expresar a estos últimos actores mencionados mi invitación especial a formar parte del Soñario Virtual Mayor, un proyecto colectivo y no personal, patrimonio público en todo caso, y no de un sólo ser. Las formas legales que se deberían adoptar para transformar lo que estamos perfilando en patrimonio de la humanidad tendría que ser visto por los especialistas dado el tema y el caso. Es esa, al menos, la intención que tenemos de base, no realizar un producto para un negocio más, sino superar las instancias del interés personal en pro de un proyecto común.
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